La Taha de Pitres, formada por 7 pueblos que en conjunto no aportan más de 800 habitantes, situados en la alta Alpujarra, entre los Barrancos Bermejo y de la Sangre. Comprende 7 pueblos, que son Pitres, Capileirilla, Mecina Fondales, Mecinilla, Fondales, Ferreirola y Atalbéitar, todos ellos pequeños y de calles tortuosas y de casas encaladas, rodeados de tierras de labranza.

Allí podemos disfrutar de hermosos paseos acompañados por el sonido del agua y de una rica gastronomía de gran influencia morisca, representada por el Plato Alpujarreño, las Migas, las Sopas Pimentonas con pimientos asados y sardinas, el Pisto y la Fritaílla, las carnes de cerdo y caza, los Orejones de hortalizas y una amplia repostería representada por los roscos fritos, de manteca, de vino o de anís, pestiños, potaje de castañas o papaviejos, todo ello regado con el vino del terreno o “mosto apagao”.

Entre Pitres y Las Tahas se ubica el Barranco de la Sangre, donde dice la leyenda que se libró una batalla entre moros y cristianos, donde hubo tanta sangre que el barranco se tiñó de rojo. Aún hoy se pueden ver vestigios de aquellas trincheras en las que, según la leyenda también, la sangre de los cristianos corría hacia arriba, buscando el cielo, y la de los moros, hacia abajo buscando el infierno, para no mezclarse nunca.

La realidad es que el color rojo de la Cañada de la sangre se debe a la abundancia de mineral de hierro de la tierra de la zona, que en contacto con el agua se oxida, generando los característicos rojos y naranjas.