En el centro de La Alpujarra, cerca de Trevélez y Bérchules nos sorprenden Juviles y Lobras. El primero, sobre una pequeña meseta rodeada de castaños.
Juviles se nos presenta como una calle que lo estructura en dos barrios separados por ella: el Barrio Alto y el Barrio Bajo, a su vez organizados en un intrincado conjunto de calles, a las que se asoma una peña conocida como “El Fuerte” que alberga las ruinas de una antiguo castillo y desde las que se puede disfrutar del Tajo del Águila o la Pisada del Gigante, una impresionante pared de roca caliza en la que aparece una gigantesca huella humana, que, según cuenta una leyenda, procede de la patada de un gigante que habitó la cercana Cueva de la Umbría.
Entre sus casas destaca su Iglesia mudéjar, del siglo XVI, y a 300 metros del pueblo, la Ermita de las Ánimas.
El municipio se rodea de una gran variedad de árboles y arbustos entre los que destacan encinas, almendros, olivos, castaños, nogales higueras, cerezos, caquis, quejigos y alisos.
Allí se pueden degustar fabulosos pucheros, guisos de carne, las setas con jamón serrano o las deliciosas flores de calabaza.